Se trata de una espectacular finca de olivar que tuvo en 2018 una producción de aproximadamente 100.000 kg de aceitunas, que siguiendo su proyección, va en un aumento aproximado de entre un 30 y un 40% por año.

Cuenta con una extensión aproximada de 50 hectáreas, en los que se reparten unas 5.000 plantas. La mayoría de olivos son jóvenes, de unos 10-15 años y desde su magnífico estado actual seguirán mejorando año tras año hasta su edad óptima, 25 años.

Se encuentra situada dentro de un parque natural, el de Sierra Arana, de casi 30.000 ha, siendo un paraje maravilloso e idílico, con agua abundantísima, proveniente de la famosa Cueva del Agua, próxima a la finca, cuya explotación será de gran interés turístico e impulso económico para la zona.

Equipada con agua y electricidad en cantidad suficiente para regar las 5000 plantas, aproximadamente, que tiene en la actualidad, susceptibles de aumento.

Además, está dotada de cuatro viviendas para turismo rural, perfectamente equipadas y con todas las comodidades para su habitabilidad.

Desde su pozo, magníficamente instalado, se manda riego, en tres sectores que posteriormente se subdividen en cuatro más a todas las plantas, dotadas con un sistema israelí de riego por goteo (el mejor en fecha de su instalación), que conduce el agua a toda la finca a través del subsuelo impidiendo así la evaporación y roedura de tuberías por conejos y ardillas.

Esta agua (que fue analizada por el equipo técnico de Emasagra, que la calificó como potable, apta para consumo humano y embotellamiento), es conducida a las diversas viviendas existentes y a las que se construyan en el futuro.

El pozo por tanto, es la vida de la finca junto al transformador de la luz instalado por Endesa, otro gran atractivo de la finca. Desde el pozo hasta las distintas propiedades, distando la más alejada unos 3 km, se suben por una zanja, el agua y la luz, y a su través a toda la finca, teniendo cada planta su agua subterránea.

El último enriquecimiento a la finca son los casi 300 almendros que se pusieron el año pasado, y que pueden observarse a la entrada y perímetro de la finca. Son prueba de las continuas inversiones que se realizan anualmente en una finca que sigue mejorando año tras año.

Además de ello, las amplias hectáreas de bosque y los derechos de uso de coto privado de caza de Sierra Arana, con casi 23.000 hectáreas, lo convierten en un lugar idílico para los amantes de este deporte.